Y NO PARAMOS DE HABLAR (Tributo a Fernando Rubio)
Pasaron 36 años desde aquélla tarde primaveral de 1974 en que el Negro Mariano me presentó a un flaco desgarbado, risueño y afable. Viajabamos a la fiesta de cumpleaños de una chica muy bonita que vivía en San Antonio de Areco. El flaco desgarbado resultó ser Fernando Gonzales Rubio. Por esas cosas mágicas que tiene la vida, inmediatamente nos caimos muy bien y comenzamos una larga charla, que finalizó el sábado 25 de enero de 2010, cuando lo llamé a Madrid, y hablamos unos minutos. Desde que nos conocimos, no dejamos de hablar. De contarnos cosas, proyectos, sueños, de interesarnos por nuestros gustos en común, las mujeres que nos volaban la cabeza, las penas de amor, la música y el dibujo. Él, decía, prefería el dibujo "serio", refiriéndose a lo que todos conocemos por cómics y dibujos realistas. Yo prefería el humorismo gráfico. Cosa que a él le encantaba y disfrutaba muchísmo. Aún recuerdo su risa descojonada cuando había algo que le causara gracia. Sea de un dibujo o de
Comentarios