martes, mayo 09, 2006

Wilfredo y el Guanaco -Fábula Cuyana-

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno,Juan...que hagan un buen reingreso a sus pagos natales.

Juan Carlos Argüelles dijo...

Gracias Alicia!

. dijo...

Me gusto mucho

saludos !!!

alejandra_writer dijo...

Que lindo tu arte! te felicito

Anónimo dijo...

Estimado Maestro Juan Carlos Arguelles:
Decía Chesterton que todo gran artista es ante todo un ser humano, y como tal, tiene sus buenas y malas etapas. La calidad de artista hace que los momentos de esplendor y las depresiones se vean reflejadas en su arte, a veces excelso, otras veces decepcionante, de rusticidad intolerable al espectador.
Por otro lado, sabemos que hay etapas efímeras y etapas que perduran en el tiempo, sin ahondar en la teoría de Von Hausselner: "no hay mal que dure cien años".
Usted como gran artista, mi querido Arguelles, no le escapa a esas sentencias.
Yo he tenido el alto honor de haber conocido su fulgor, su efervescencia, su explosión creativa en los precisos momentos de gestación. Mas precisamente aun, cuando acababa de quitarle las rueditas a su bicicleta.
Yo, todavía con rueditas, pude atisbar en sus incipientes obras el toque de un elegido, de un adelantado a su época. Pude avizorar en la, por entonces, simpleza y resolución de sus grafías, los primeros esbirros de su genio en brote. Y debo decir querido amigo, Maestro, compañero del alma que me hallé maravillado, me sentí deslumbrado con su desfachatez desopilante.
Pero asimismo no puedo negarme a nuestro compromiso con la verdad y por ello dejar de decir también que desde entonces, lo he visto caer sin solución de continuidad en un profundo y decepcionante abismo, síntoma posiblemente fundado en inobjetables argumentos íntimos, vaya Dios a saber.
Sin dudas esta crónica crisis que lo persigue y atosiga como el mejor de los zagueros, trasciende a su prolífica... ¿Obra? (¿Podemos llamarlo Obra?)
Amigo, ¿no será hora de buscarse un trabajo y dejarse de pamplinas?

Con afecto y devoción de su fiel seguidor.
Dr. Ernest A. La Marchant. Salvador, Bahía - Brasil

Juan Carlos Argüelles dijo...

Jaja.. amigo Ernesto... Ya responderé a su aguda y bienintencionada crítica... Por ahora le mando un cordial abrazo y un afectuoso saludo a su familia.

Anónimo dijo...

Estimado Arguelles: Deseo felicitarlo por su lograda puesta en escena de estos hilarantes personajes. No obstante, me permito advertirlo que he notado que Wilfredo se ha adjudicado un papel preponderante en la tira que pone en peligro su continuidad, toda vez que se trata de un trabajo de equipo. Usted, mejor que nadie, sabe que solamente un caprichoso designio del destino ha puesto en cartel a Wilfredo por delante de su compañero de tira: el guanaco; quien, por otra parte y sin pretender generar un problema con esto, a mi entender y al de muchos de sus lectores, es a todas luces el que lleva adelante la magistral historieta.
Espero con fervor que su inteligente y elegante pluma haga justicia con sus personajes, de lo contrario nos arrastraría en la complicidad de un espúreo juego de intereses bastardos librados al inesperado albur de las mas funestas consecuencias.
Sin mas, lo saludo cordialmente.
Lamberto Lampedusa.

Anónimo dijo...

Hola Juan, quisera saber quien es el guanaco y quien es Wuilfredo. Mi mama dice que Wuilfredo es el que escupe mas lejos, ¿es verdad?
Besos. Lucinda

Juan Carlos Argüelles dijo...

En una semana, no solo subiré una "nueva y desopilante" aventura de Wilfredo y el Guanaco, sino que intentaré develar el misterio... También responderé con tiempo a las críticas y elogios de los amigos. Un abrazo.

Juan Carlos Argüelles dijo...

Estimado Lamberto: He leído con sorpresa que usted es lector de mi escritor favorito aunque, confieso, solo he leído El hombre que fue Jueves. Suficiente para declararme admirador incondicional de ese artista. Decía Syme, el personaje principal en uno de sus exquisitos diálogos: "la aventura puede ser loca, pero el aventurero debe ser cuerdo".
Nada mejor que recordar esa obra para decirle a usted que simplemente es un temerario. Con un desconocimiento absoluto de todo, se pone ora en crítico, ora en pensador de nuestro tiempo. ¿Un aventurero tal vez tratando de colgarse de mi obra? Puede ser. Creo, mi estimado lamberto, que su pasado envuelto en las drogas heroicas lo han convertido en un contradictorio obsesivo. Bien, decía Nieztche que el hombre es contradictorio... ahora, habrá pensado también Nieztche en los pelotudos? Sin ánimo de definirlo a usted como tal, sino que es una pregunta retórica que agradecería si usted me la puede responder.

También, Bertrand Russell afirmaba que tal vez, el fin último del hombre, sea renegar siempre de sí mismo.
Por último, cito a mi amigo El Negro Castro: sobre gustos no hay nada escrito, pero es hora de empezar a escribir algo.
Lo despido, con una bella sentencia de nuestro ex presidente Eduardo "Cabeza" Duhalde: Estamos condenados al éxito. Quien puso dólares, cobrará dólares.
Hasta siempre!

Juan Carlos Argüelles dijo...

Mi queridísimo Lamberto Lampedusa:
Le agradezco los elogios a mis hilarantes personajes. Ellos, ocupan un importante lugar en mi corazón.
Tiene usted una sagacidad a prueba de rayo láser, Lamberto, cosa a la que me he habituado. Cómo hizo para reconocer a Wilfredo en esta entrega? Me he cuidado muy mucho de develar el misterio. Es más, la respuesta está guardada bajo siete llaves, como lo está, la formula de la popular gaseosa.
Ya he tenido reclamos de El Guanaco, celoso por el papel secundario que le ha tocado en esta historia. Pero, sabemos que los personajes, logran tomar vuelo con el correr del tiempo, y tal vez, el Guanaco, pueda ir despegandose de la popularidad de Wilfredo.

Ya he sufrido reclamos dignos de un actor holliwoodense: Que quiero este perfil.. Que por qué medio cuerpo... Por qué no me dibuja con el fondo de las montañas sanjuaninas... Y otros disparates. Pero, seamos sinceros. Son apenas dos animales, y la verdad, si hay algo que me repungan, son estos bichos que aprovechan una mano amistosa dándole un maní en el zoo, para estamparle un escupitajo en el rostro.
Si fuera por mi, honestamente, los haría milanesa.
Suyo,
Argüelles

Ya están en camino otra vez...