Como creo que es obvio, verán que titulé apellidos en mayúscula y minúscula.
Uno es el del Artista Plástico e Ilustrador, y el otro es el de la señora que ocupa el cargo de presidente de la nación, cuya imagen ha sido caricaturizada por el maestro Sábat.
La señora se ha enojado con el maestro a raíz de que no la dibujó como a ella le hubiera gustado.
Pero no se conformó con manifestar el desagrado, sino que dijo:
"Son los mismos que hoy pude ver en un diario donde colocan mi caricatura, que no me molesta, a mí me divierten mucho las caricaturas y las propias son las que más me divierten, pero era una caricatura donde tenía una venda cruzada en la boca, en un mensaje cuasimafioso. ¿Qué me quieren decir, qué es lo que no puedo hablar, qué es lo que no puedo contarle al pueblo argentino?" Todo eso mientras con gracia tocaba su pendiente carísimo y su Rolex de oro, que el artista piadoso, no dibujó, pero vean la imagen siguiente:
Es que esto es así,sobre gustos no hay nada escrito, y tal vez, algún día habría que escribir algo.
Así, todas las cosas de mal gusto, podrían sancionarse, digamos, establecer un código de mal gusto e implementarlo.
El tema es muy complejo, seguramente por eso no hay nada escrito al respecto.
Independientemente de cuestiones penales, que las hay, salir a trompear manifestantes es de mal gusto. Es de mal gusto, incluso, cuando lo hace la policía.
Pero, la señora en cuestión, se molesta con el Dibujante. No hubo ni una sola declaración de repudio o llamado de atención hacia el compadrito de la Plaza de Mayo (patrimonio de todos los que vivimos en esta aldea, que cada día tiene más olor a eso, a aldea).
Me pregunto: ¿Qué cosa no quiere delía que no digan los que manifiestan?(sigo con las minúsculas, olvidandome de sutilezas. Aclaro que no pretendo ser sutil, por si hay algún funcionario o algún patotero leyendo y no me entiende.
Desde la semana pasada tengo una palabra que me viene inmediatamente a la cabeza cuando veo a estos funcionarios... Estupidez.
Y pasan los años, y pasan los funcionarios. Y me preocupa muchísimo saber que en lugar de la palabra Eficiencia, Honestidad y Entrega, me viene solamente la palabra Estupidez, por ser indulgente.
Son Estúpidos. Con mayúsculas.
No entienden nada.
Y cada vez que pienso en la palabra estúpido, me viene inmediatamente otra: Malvado (ahora dejando la indulgencia de lado).
Un amigo me decía: ciertas cosas se hacen por estupidez o por maldad.
En derecho penal, las cosas se hacen por dolo o por culpa, desde luego, simplificando enormemente los principios del Derecho Penal.
Hablando en criollo, mi amigo antes de juzgar una conducta preguntaba: a ver, lo hiciste por pelotudo o por hijo de puta? Con lenguaje más académico: ¿Hubo o no hubo intención?
Es utópico, pero nuestros funcionarios tal vez hagan las cosas por pelotudos y no por hijos de puta. Eso espero.
Sin alejarme del tema del amigo SABAT, no necesita el Artista que yo salga a defenderlo, tiene trayectoria y espaldas lo suficientemente anchas como para soportar la carga.
Sueño con un país gobernado por políticos de verdad, por estadistas, por gente que se ocupa de los grandes temas y que no pierdan el tiempo cazando brujas. No por cuasi funcionarios.
Hoy, me llegó un correo donde citaban una nota periodística (no se de quién es, ya que no consignaba el autor)esto es lo que leí: "Andaba por allí suelto un mafioso, un dictador multimediático que, sin ser nombrado, quedaba claro que se trataba de Hermenegildo Sabat, un tipo tan gentilhombre y tan noble, que su sola mención en el intento de demonizarlo, ayudó mucho a sellar definitivamente una fuerte conclusión primaria:
Esta señora, no solamente renunció a pensar lo que dice, sino algo peor, parece que renunció a tener la menor noción de sus propias referencias.
Podría haber mentado con más éxito a la madre de Juan Veintitrés y acaso por tan lejano ejemplo, eso pasaba inadvertido.
Pero no… lo mentó a este tipo, querible, cristalino y honrado, mucho más comprometido con la dignidad que con su propia vida.
Y allí, cuando lo mentó, piso el palo… de una manera casi brutal.
Los veinte mil borregos de la plaza, no tenían ni tienen la menor idea de quien es Hermenegildo Sabat. Y por eso era fácil contagiarles a todos ellos, esa imbecilidad enciclopédica."En fin, escribo y cito estas cosas simplemente porque la intolerancia, la estupidez y la maldad me toca las pelotas.
Y aclaro, nada tiene quien esto escribe, contra aquellos que visten bien, tienen joyas o relojes.
Pero todo sigue teniendo un tufillo menemista que me pone un tanto nervioso. Ah... ¿El menemismo no existe más? ¿Son peronistas? ahhh, qué despistado ando últimamente...
