
Primera noche fresca del verano. Casi parece una noche de otoño. Da gusto respirar. Un aire fresco que viene del sur. La noche se ve de un color azul profundo. Y las estrellas parecen más brillantes. Hay una luna inmensa, color ocre. Está allí, muy cerca. El viento trae aromas a lavanda, pino, menta, tierra fresca, y otras fragancias dulzonas que trae el campo.
Hace tiempo que no va a caminar por el campo. Solía hacerlo junto a su perro por las tardes.
Salía a cazar perdices, en interminables tardes donde no había lugar para pensamientos estúpidos. Donde no había lugar para que asome ningún miedo.
Sólo era él y su perro, que corría en zig zag delante, moviendo la cola, corriendo, saltando... Leyó alguna vez que el perro es el Dios del Retozo. Y no está mal esa definición. Es sin duda el dios del retozo.
Cuando ya llevaba varios kilómetros de caminata, se sentaba a la orilla de un arroyo, encendía un cigarrillo y se quedaba un largo rato escuchando los sonidos del lugar.
El murmullo del agua... el vuelo de algún insecto, el canto de las aves, el jadeo de su perro... y el viento, que le traía canciones de otros lugares.
Y atardecía... mirando hacia el oeste, el sol se ponía, majestuoso... la luna, por su parte, aparecía como una imagen plateada y difusa en el cielo claro. De un lado el sol, del otro la luna.
Y apenas un rato para disfrutarlo
2 comentarios:
No se que me gusto mas, sinceramente, si la historia o este perro maravilloso..es tuyo????? buenisimo -en todo caso-ambos! un beso
que decirte????.. que senti .. el aroma a pino, a lavandaa tierra fresca.. hasta senti el olor al cigarrillo recien encendido..
me encanto.. me encanto el lugra..
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