jueves, enero 12, 2006

Verano


Primera noche fresca del verano. Casi parece una noche de otoño. Da gusto respirar. Un aire fresco que viene del sur. La noche se ve de un color azul profundo. Y las estrellas parecen más brillantes. Hay una luna inmensa, color ocre. Está allí, muy cerca. El viento trae aromas a lavanda, pino, menta, tierra fresca, y otras fragancias dulzonas que trae el campo.

Hace tiempo que no va a caminar por el campo. Solía hacerlo junto a su perro por las tardes.
Salía a cazar perdices, en interminables tardes donde no había lugar para pensamientos estúpidos. Donde no había lugar para que asome ningún miedo.
Sólo era él y su perro, que corría en zig zag delante, moviendo la cola, corriendo, saltando... Leyó alguna vez que el perro es el Dios del Retozo. Y no está mal esa definición. Es sin duda el dios del retozo.

Cuando ya llevaba varios kilómetros de caminata, se sentaba a la orilla de un arroyo, encendía un cigarrillo y se quedaba un largo rato escuchando los sonidos del lugar.

El murmullo del agua... el vuelo de algún insecto, el canto de las aves, el jadeo de su perro... y el viento, que le traía canciones de otros lugares.

Y atardecía... mirando hacia el oeste, el sol se ponía, majestuoso... la luna, por su parte, aparecía como una imagen plateada y difusa en el cielo claro. De un lado el sol, del otro la luna.
Y apenas un rato para disfrutarlo

2 comentarios:

Blog de Julia dijo...

No se que me gusto mas, sinceramente, si la historia o este perro maravilloso..es tuyo????? buenisimo -en todo caso-ambos! un beso

Anónimo dijo...

que decirte????.. que senti .. el aroma a pino, a lavandaa tierra fresca.. hasta senti el olor al cigarrillo recien encendido..
me encanto.. me encanto el lugra..

Ya están en camino otra vez...