
Habitualmente, por razones laborales y familiares, tengo que ir a la terminal de Omnibus de Retiro.
Voy caminando con un equipaje liviano la mayoría de las veces, pero cuando llevo una valija, por más rueditas que tenga, estoy obligado a ir en taxi.
Esto se debe a que el trayecto desde Avenida del Libertador (Sobre esta avenida me deja el colectivo que tomo desde mi domicilio), pasando por el frente de todas las terminales ferroviarias hasta llegar a la estación de micros de larga distancia, es intransitable. Y no solo lo es yendo con equipaje, también sucede caminando sin carga alguna. Eso obliga a la gente a caminar por la calle, esquivando taxis y colectivos, que es más sencillo que esquivar mugre, puestos callejeros, perros vagabundos, baldozas inexistentes y las que existen están rotas o flojas, charcos nauseabundos y pilas de basura.
Esto lo sufre todos los días y desde hace años -cualquiera sea el gobierno de turno- la pobre gente que tiene que caminar por allí.
Pero nuestros funcionarios no viajan en micro ni en tren, ellos lo hacen en avión. Ellos no solo no trabajan, sino que también evitan sufrir los padecimientos que a diario soporta el que trabaja todos los días. Eso es coherencia.
Olvidaba un detalle... El 3 de diciembre es el Día Mundial de la Discapacidad.
Estoy convencido que la única discapacidad está en nuestros funcionarios.
(imagen tomada del sitio http://www.bbc.co.uk/ouch/)